Quiero expresar mi profunda gratitud y adoración a Dios nuestro Padre y a nuestro bendito Señor Jesucristo su Hijo, por la forma en que ha expresado su amor para conmigo y familia, a través de la oración, preocupación constante, expresiones de amor de los amados hermanos de todas las Iglesias locales, tanto de nuestro país, como del extranjero, que se han enterado de la difícil prueba que estamos viviendo.
A causa de mi salud quebrantada, y a pesar de lo duro del diagnostico médico, hemos experimentado en todo momento, la fortaleza y el sustento sobrenatural del Señor por su Espíritu. El saber que no estamos solos, nos alienta a seguir con los ojos puestos en nuestro amado Señor.
Mi deseo es que los hermanos no se entristezcan sobremanera "a causa de esta leve tribulación momentanea", pero que nuestro Padre obtenga ganancia para su propósito de formar el carácter de su hijo en mí. Por lo demás, creo que el Señor todopoderoso, clemente, lento para la ira y grande en misericordia, me levantará del pozo de la desesperación y del lodo cenagoso; pues estoy persuadido que aún no he acabado mi carrera.
Creo que aún en medio de este proceso médico que se ha iniciado, nuestro Dios puede obrar soberanamente un milagro. Con mi corazón humillado, espero cosas grandes de un Dios grande.
Mi gratitud y amor para todos mis amados hermanos, todos son muy valiosos para mi, en Cristo Jesus,
Vuestro hermano Pedro Alarcon
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